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El misterio tras el creador del bitcoin se acerca a su fin
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Han pasado más de 10 años desde que Satoshi Nakamoto envió su último email oficial. Hubo una breve reaparición en 2014 para negar que su identidad era la de un físico retirado en California, acosado por la prensa, que lo creyó brevemente ser Satoshi, el creador del bitcoin.
En el último email que envió a Gavin Andresen, su heredero en la gestión de bitcoin, Satoshi simplemente dijo que “se dedicaría a otras cosas”.
Desde entonces, la verdadera identidad de Satoshi ha dado pie a numerosas teorías, y al menos cuatro intentos de reclamar la definitiva. Pero ninguno de ellos se ha mantenido tanto en el tiempo como el del australiano Craig Wright.
En este punto Wright me corregiría, porque en las entrevistas que ha dado, especialmente esos tres meses que conversó con el escritor Andrew O’Hagan en 2016, el hoy CEO y fundador de nChain insiste en que él no ha buscado ni le interesa demostrar que él es el creador de bitcoin.
No se trata solo de un tema de identidad. Además de los 50 bitcoin (BTC) del bloque original de la criptomoneda, se calcula que Satoshi minó al menos 1,1 millones de BTC mientras estuvo activo. Es decir, entre el 3 de enero 2009, cuando creó el primer bloque, y el 26 de abril de 2011, cuando desapareció. Hoy, ese millón de BTC, que permanece intacto desde hace una década, está valorado en más de US$ 35 mil millones.
Una victoria
Para alguien que no quiere ser reconocido, Wright ha hecho muchos esfuerzos por establecer que él es Satoshi, a pesar del rechazo de los programadores principales de la criptomoneda (Bitcoin Core) y de la comunidad cripto en general. Su último paso le ha significado una victoria. A fines de junio, la Corte Superior de Londres falló a favor de Wright en su demanda por infracción de derechos de autor contra “Cøbra”, el operador y editor seudónimo del sitio web bitcoin.org. Wright acusaba a bitcoin.org de publicar el white paper que dio origen a la criptomoneda, “Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System”, sin su consentimiento. “Cøbra”, al igual que los programadores que hoy integran el Bitcoin Core y otros influyentes actores del mundo cripto (incluyendo el fundador de Ethereum) consideran a Wright un fraude, y no se restringen de llamarlo públicamente “Faketoshi”.
Tras anunciar hasta un día antes de la audiencia que se presentaría, y con ello también revelaría su identidad, finalmente “Cøbra” no apareció y la corte falló a favor de Wright, obligando a bitcoin.org a retirar el icónico white paper.
“Hay que preguntarse por qué el demandado decidió no defender la demanda… Esto sugiere que Cøbra es consciente de que la afirmación del Dr. Wright de ser Satoshi Nakamoto es válida y que no confiaban en las perspectivas de su defensa”, afirman a DF MAS desde Ontier, el bufete de abogados de Wright.
Además, citan otro caso: la demanda de Wright contra Peter McCormack, quien dirige uno de los podcasts más seguidos de la comunidad cripto. “Vale la pena señalar también como parte de su acción de difamación contra Peter McCormack, el Dr. Wright proporcionó pruebas sustanciales sobre su autoría del white paper a los abogados del Sr. McCormack y que poco después, el Sr. McCormack decidió no seguir defendiendo la demanda”.
Para los abogados de Wright esto es suficiente para confirmar que el australiano es Satoshi. Para la comunidad cripto, esto no sucederá hasta que Wright realice una transacción exitosa con alguno de los primeros bloques de BTC, para lo cual es necesaria la llave digital de Satoshi.
Atrapado en una red mafiosa
Wright ya hizo un intento por convencerlos, en mayo 2016. En ese entonces convenció al propio Gavin Andresen, quien trabajó de cerca, pero siempre por email, con Satoshi en el crecimiento de bitcoin desde algo marginal a un activo, que hoy tiene mayor capitalización de mercado que varias empresas del S&P500.
El reconocimiento a Wright le costó a Andresen ser expulsado del Bitcoin Core, que ya había crecido en su resentimiento contra él. Miembros de la comunidad cripto encontraron rápidamente errores en las pruebas presentadas por Wright, quien incluso dio una entrevista a la BBC, todo como parte de un acto de marketing, del que un millonario canadiense esperaba sacar rédito.
El escritor escocés Andrew O’Hagan hizo un recuento del fallido intento en “The Satoshi Affair”. El texto fue el resultado de meses de entrevistas con Wright, su esposa Ramona, su exesposa y también su madre, además de empleados y colegas, y a los organizadores de la esperada “gran revelación”.
En su recuento de esos días, O’Hagan describe a Wright como alguien prácticamente atrapado por una red mafiosa, y que siempre se queda un paso corto de dar esa prueba final. Según el australiano, no necesita darla, porque está convencido de que la comunidad cripto ha elegido hacer de Satoshi un dios, y por ello nada de lo que él haga será suficiente.
“O es uno de los mejores informáticos de su generación, o es un oportunista temerario, o es ambas cosas”, escribe O’Hagan sobre Wright, tras despedirse en una tarde lluviosa en Londres.
Pero el Wright que describe O’Hagan, casi obligado por las circunstancias y una publicación de la revista Wired a revelar su identidad, es distinto al que parece haber surgido en los últimos tres años.
Computadora personal desaparecida
Desde 2018, Wright se ha embarcado en varias batallas legales, siempre reclamando su rol como Satoshi. También fundó nChain, empresa de investigación y aplicaciones blockchain. Una de esas aplicaciones en BSV, o Bitcoin Satoshi Vision, que apareció a finales de 2018 tras modificar la blockchain de Bitcoin Cash (BTC) para reducir las tarifas de las transacciones. BSV es apoyado por Calvin Ayre, un millonario de las apuestas en línea, que O’Hagan señala en su relato como el principal financista de la operación de marketing para presentar a Wright como Satoshi.
Al cierre de esta edición, BSV, que cotizaba en US$ 137, ha sido deslistada de las principales bolsas de criptomonedas, mientras se investiga un ataque a su red, en la que se realizaron operaciones ilegales.
A las demandas presentadas por Wright se suma la acción presentada por su firma Tulip Trading Limited, domiciliada en las Islas Seychelles, en febrero pasado. La demanda contra los desarrolladores de BTC y otras criptomonedas vinculadas a bitcoin reclama que den acceso a Wright a dos billeteras con unos 110.000 BTC, que hackers habrían robado de su computadora personal en febrero de 2020. Una de las billeteras está vinculada al hackeo de la bolsa de criptomonedas Mt. Gox, ocurrido en 2014.
Según los abogados de Wright, el que Tulip Trading -también representada por ellos- haya presentado su demanda casi a la par que el caso contra Cøbra es “solo una coincidencia”.
Sea coincidencia o no, lo cierto es que Wright parece embarcado en una arremetida legal para recuperar su derecho de usar la identidad de Satoshi Nakamoto. Pero, sobre todo, los bitcoins en juego.